Los expertos, Raswan incluido, suponen que los antepasados originales de todos los purasangres árabes son los Kuhaylan, y, a partir de este tronco único, se van desarrollando todas las líneas.
Nadie aporta datos históricos o documentos para fundamentar esta afirmación, y principalmente, todos se basan más que nada en la tradición. Incluso el emir Abd el Kader confirma la existencia de las famosas cinco líneas, pero cuando las analiza se limita principalmente a tres líneas, y lo mismo ocurre con Raswan.
Las tres líneas principales se distinguen cada una por una característica peculiar y típica. Kuhaylan es la fuerza, Saqlaui es la belleza y Muniqui es la velocidad. Luego hay líneas, sublíneas y familias hasta un total de unas doscientas cuarenta, más o menos según cada autor.
Nadie aporta datos históricos o documentos para fundamentar esta afirmación, y principalmente, todos se basan más que nada en la tradición. Incluso el emir Abd el Kader confirma la existencia de las famosas cinco líneas, pero cuando las analiza se limita principalmente a tres líneas, y lo mismo ocurre con Raswan.
Las tres líneas principales se distinguen cada una por una característica peculiar y típica. Kuhaylan es la fuerza, Saqlaui es la belleza y Muniqui es la velocidad. Luego hay líneas, sublíneas y familias hasta un total de unas doscientas cuarenta, más o menos según cada autor.
Los Kuhaylan son caballos fuertes, de tipo masculino, con una importante masa muscular, un dorso y un lomo fuertes y cortos, y tanto el pecho como la grupa son de buena anchura.
El Kuhaylan tiene buen hueso, una espalda poderosa y una cruz muy musculada. El tercio posterior es imponente. La cabeza es corta y ancha, y las orejas cortas también. El perfil no es necesariamente llamativo, ni el cuello exageradamente largo, sobre todo visto desde la perspectiva de belleza de hoy. Son caballos de montura ideales, muy resistentes.
Imagen del tipo Kuhaylan
El Kuhaylan tiene buen hueso, una espalda poderosa y una cruz muy musculada. El tercio posterior es imponente. La cabeza es corta y ancha, y las orejas cortas también. El perfil no es necesariamente llamativo, ni el cuello exageradamente largo, sobre todo visto desde la perspectiva de belleza de hoy. Son caballos de montura ideales, muy resistentes.
Imagen del tipo Kuhaylan
Los Hamdani son considerados como la mejor de las líneas próximas al Kuhaylan. Para muchos, el Hamdani es el mejor caballo del mundo, el caballo árabe ideal para montar, ya que es el purasangre árabe de mayor alzada. Reza Pahlevi, el derrocado Shah de Persia recuperó unas antiguas líneas de caballos árabes en el norte de Irán y estuvo criando durante años unos árabes de tipo Hamdani a los que llamó 'árabes persas', con alzadas de entre 156 y 162 centímetros, con muy buenas hechuras, con una belleza funcional extraordinaria y aptos para todo tipo de deportes.
Muchos jinetes opinan que los Hamdani son los mejores entre todos los purasangres árabes, por su alzada, por sus hechuras, por su agilidad y por su polivalencia deportiva. Los Hamdani suelen tener una cabeza con perfil recto o ligeramente cóncavo, ni muy pequeña, ni demasiado grande, ancha y con unos ojos inteligentes y avispados. La cruz es extraordinaria, las extremidades son fuertes y están bien aplomadas y musculadas. Los árabes persas que pudimos ver en un Salon du Cheval, en París, hace ya años, eran todos del tipo Hamdani y su aspecto era impresionante, verdaderamente impresionante.
Hoy, lo que en tipo y conformación quizás más se acerca a un buen Hamdani original es un buen árabe Shagya, una subraza de caballos árabes, procedente de Hungría, no reconocida como pura internacionalmente, por motivos de difícil justificación, mezcla de política y de intereses, pero que seguramente no son ni más ni menos puros que muchos árabes purísimos.
Imagen de Hamdani
Muchos jinetes opinan que los Hamdani son los mejores entre todos los purasangres árabes, por su alzada, por sus hechuras, por su agilidad y por su polivalencia deportiva. Los Hamdani suelen tener una cabeza con perfil recto o ligeramente cóncavo, ni muy pequeña, ni demasiado grande, ancha y con unos ojos inteligentes y avispados. La cruz es extraordinaria, las extremidades son fuertes y están bien aplomadas y musculadas. Los árabes persas que pudimos ver en un Salon du Cheval, en París, hace ya años, eran todos del tipo Hamdani y su aspecto era impresionante, verdaderamente impresionante.
Hoy, lo que en tipo y conformación quizás más se acerca a un buen Hamdani original es un buen árabe Shagya, una subraza de caballos árabes, procedente de Hungría, no reconocida como pura internacionalmente, por motivos de difícil justificación, mezcla de política y de intereses, pero que seguramente no son ni más ni menos puros que muchos árabes purísimos.
Imagen de Hamdani
La belleza, en el purasangre árabe, se llama Saqlaui. Los Saqlaui son de un tipo femenino, son la belleza ecuestre personificada. Tienen menos hueso que los Kuhaylan, menos musculatura, pero su elegancia y su belleza expresiva son insuperables. La cabeza del Saqlaui es preciosa, algo más larga y menos ancha que la cabeza del Kuhaylan, pero con un perfil muy marcado y unos ojos impresionantes, grandes y vivos. A menudo el Saqlaui es más alargado que el Kuhaylan clásico, más compacto, y al mismo tiempo sus orejas, su dorso, su región lumbar y su cuello suelen ser más largos. La cruz, menos musculada, resalta más. Su porte de cuello y cola es orgulloso, y su aspecto a menudo engaña, ya que, aún siendo tan bonito y elegante, sigue siendo un árabe fuerte y resistente.
Los Obayan son, de entre los Saqlaui, igual de famosos. Tienen un porte y un nacimiento de cola altísimo, y una espalda impresionante y larga. Son más largos que los Saqlaui, a menudo un poco ensillados, y a veces les falta un poco de cruz. Tienen una importante capacidad torácica y una buena resistencia y son, sobre todo, muy seguros, muy ágiles y con una gran punta de velocidad.
imagen de Obayan
Los Obayan son, de entre los Saqlaui, igual de famosos. Tienen un porte y un nacimiento de cola altísimo, y una espalda impresionante y larga. Son más largos que los Saqlaui, a menudo un poco ensillados, y a veces les falta un poco de cruz. Tienen una importante capacidad torácica y una buena resistencia y son, sobre todo, muy seguros, muy ágiles y con una gran punta de velocidad.
imagen de Obayan
Los Dahman también son una sublínea de los Saqlaui, aunque podrían igualmente ser una línea de los Kuhaylan, ya que, por sus características, son una combinación de estas dos líneas principales. El Dahman es para muchos el prototipo del caballo árabe ideal, sobre todo por su perfección morfológica.
Fuerza y belleza reunidos, lo tiene todo. Por su belleza, es casi un Saqlaui, aunque su cabeza es más corta, pero con mucho perfil y muy ancha. Los ojos son enormes, de gran belleza y profundidad. Por su cuerpo, es casi tan corto como un Kuhaylan, pero con el cuello, largo, elegante y de porte majestuoso y con el nacimiento y porte de la cola muy alto también.
De las 66 familias Saqlaui que Raswan nombra, 24 son de línea Saqlaui directa, otras 24 son de sublínea Obayan, 6 de Dahman, 3 de Milua, 3 de Muwayi, 2 de Rishan y 4 de Tuwaysan.
imagen de Dahman
Fuerza y belleza reunidos, lo tiene todo. Por su belleza, es casi un Saqlaui, aunque su cabeza es más corta, pero con mucho perfil y muy ancha. Los ojos son enormes, de gran belleza y profundidad. Por su cuerpo, es casi tan corto como un Kuhaylan, pero con el cuello, largo, elegante y de porte majestuoso y con el nacimiento y porte de la cola muy alto también.
De las 66 familias Saqlaui que Raswan nombra, 24 son de línea Saqlaui directa, otras 24 son de sublínea Obayan, 6 de Dahman, 3 de Milua, 3 de Muwayi, 2 de Rishan y 4 de Tuwaysan.
imagen de Dahman
Los Muniqui no son puros, dice Raswan, aunque todos los Stud-Books del mundo los admiten como árabes puros. Según Raswan y algunos otros, los Muniqui carecen de belleza y de fondo, y son, principalmente, caballos veloces para distancias relativamente cortas. Son, de entre los árabes, los que más se parecen a algunos purasangres ingleses de hoy, y para muchos, el purasangre inglés sería el prototipo del Muniqui.
Más grandes, más largos y más angulosos que lo que solemos considerar como un purasangre árabe típico, los Muniqui son para muchos puristas un caballo árabe impuro.
El Muniqui es un caballo largo, longilíneo, y su cabeza, larga y estrecha, carece de belleza. A primera vista no parece un purasangre árabe, con su grupa caída y su nacimiento de cola bajo. Su estructura ósea y sus extremidades suelen ser muy buenos y la extraordinaria calidad de su tercio posterior es la razón por la cual muchas comisiones de compra europeas han preferido casi siempre a los Muniqui.
Raswan contesta a esto diciendo que estas comisiones terminaban siempre comprando Muniqui porque los árabes del desierto no estaban dispuestos a desprenderse de sus mejores líneas. Son dos explicaciones para un mismo hecho, aunque es cierto que en muchos países europeos se importaron en su día cantidad de Muniqui. También es cierto que los franceses, por ejemplo, buscaban principalmente caballos árabes del tipo de carreras para intentar crear el purasangre francés y competir con el purasangre inglés.
De entre las 22 familias Muniqui que Raswan enumera 4 familias son de línea Muniqui directa, 4 son de la sublínea Yilfan, 2 de Abu Urqub, 1 de Kubayshan, 2 de Mukhallad, 5 de Rabdan, 2 de Sadan y 2 de Samhan.
Más grandes, más largos y más angulosos que lo que solemos considerar como un purasangre árabe típico, los Muniqui son para muchos puristas un caballo árabe impuro.
El Muniqui es un caballo largo, longilíneo, y su cabeza, larga y estrecha, carece de belleza. A primera vista no parece un purasangre árabe, con su grupa caída y su nacimiento de cola bajo. Su estructura ósea y sus extremidades suelen ser muy buenos y la extraordinaria calidad de su tercio posterior es la razón por la cual muchas comisiones de compra europeas han preferido casi siempre a los Muniqui.
Raswan contesta a esto diciendo que estas comisiones terminaban siempre comprando Muniqui porque los árabes del desierto no estaban dispuestos a desprenderse de sus mejores líneas. Son dos explicaciones para un mismo hecho, aunque es cierto que en muchos países europeos se importaron en su día cantidad de Muniqui. También es cierto que los franceses, por ejemplo, buscaban principalmente caballos árabes del tipo de carreras para intentar crear el purasangre francés y competir con el purasangre inglés.
De entre las 22 familias Muniqui que Raswan enumera 4 familias son de línea Muniqui directa, 4 son de la sublínea Yilfan, 2 de Abu Urqub, 1 de Kubayshan, 2 de Mukhallad, 5 de Rabdan, 2 de Sadan y 2 de Samhan.